Brujas en otoño: guía completa para una escapada mágica en Flandes

Publicado el 8 de septiembre de 2025, 6:13
Brujas es Patrimonio de la Humanidad

Introducción: Brujas, donde el otoño se convierte en cuento

Hay ciudades que parecen diseñadas para el otoño, y Brujas es una de ellas. Cuando las hojas empiezan a caer y los canales se tiñen de reflejos dorados, esta joya flamenca se transforma en un escenario de película: silencioso, íntimo y profundamente evocador.

Situada en el noroeste de Bélgica, en la región de Flandes, Brujas (Brugge en neerlandés) está a solo una hora de Bruselas y muy cerca del mar del Norte. Aunque pequeña, su alma es inmensa: calles empedradas, fachadas medievales, puentes de piedra y ese aroma a chocolate caliente que parece flotar en el aire cuando bajan las temperaturas.

En otoño, Brujas se vacía de multitudes y se llena de atmósfera. Es el momento perfecto para perderse sin mapa, dejarse llevar por el sonido de los adoquines bajo los pies y descubrir rincones que en verano pasan desapercibidos. Aquí, cada banco junto al canal invita a la pausa, cada parque se convierte en refugio, y cada taberna es un abrazo cálido.

Esta guía está pensada para quienes buscan una escapada corta pero intensa, con sabor a historia, a gofre recién hecho y a hojas crujientes bajo los zapatos. 

Puente de brujas

Un poco de historia: Brujas, la Venecia del Norte

Brujas no nació de la nada. Su origen se remonta al siglo IX, cuando los vikingos se asentaron en la desembocadura del río Reie. El nombre “Brugge” probablemente deriva del nórdico antiguo Bryggja, que significa “muelle” o “lugar de amarre”. Y sí, ya desde entonces el agua jugaba un papel esencial en su identidad.

Durante la Edad Media, Brujas floreció como uno de los centros comerciales más importantes de Europa. Gracias a un canal natural creado por una tormenta en 1134, la ciudad recuperó su acceso al mar y se convirtió en un puerto clave. El comercio de lana y paños flamencos atrajo a mercaderes de toda Europa: italianos, alemanes, escoceses y españoles llenaban sus calles, y se hablaban tantos idiomas como en una torre de Babel medieval1.

En el siglo XIV, Brujas no solo era rica, sino también influyente. Fue parte de la Liga Hanseática y se convirtió en un centro financiero internacional. Pero como todo cuento, también tuvo su declive: la sedimentación del canal Zwin y la competencia con Amberes provocaron una lenta caída comercial.

A pesar de ello, Brujas nunca perdió su esplendor artístico. En el siglo XV, mientras el comercio menguaba, florecieron las artes: los hermanos Van Eyck y Hans Memling dejaron huella en la pintura flamenca, y la ciudad se llenó de arquitectura gótica que aún hoy nos deja sin aliento.

Hoy, Brujas es Patrimonio de la Humanidad y conserva intacto ese aire de ciudad detenida en el tiempo. Caminar por sus calles es recorrer siglos de historia, donde cada piedra tiene algo que contar.


Patrimonio arquitectónico de Brujas: belleza detenida en el tiempo

Brujas no solo se contempla, se recorre como si fuera un museo al aire libre. Su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, y no es para menos: la ciudad conserva intacto su trazado medieval, con calles que serpentean entre canales, plazas que respiran historia y edificios que parecen salidos de una pintura flamenca.

Gótico de ladrillo: el alma de Flandes

Brujas es uno de los mejores ejemplos del llamado gótico de ladrillo, un estilo arquitectónico típico del norte de Europa que combina sobriedad con elegancia. Iglesias, ayuntamientos y casas gremiales se levantan con ladrillos rojizos, arcos apuntados y detalles ornamentales que, en otoño, se funden con los colores del paisaje.


Edificios emblemáticos

El Campanario de Brujas (Belfort): historia viva entre ladrillos

El Campanario de Brujas (Belfort): historia viva entre ladrillos

El Belfort comenzó su vida en 1240 como una torre de madera que coronaba el mercado de la lana. Tenía funciones administrativas y comerciales, y albergaba los archivos de la ciudad. Pero como todo buen edificio medieval, sufrió varios incendios: el primero en 1280, que destruyó los archivos; otro en 1493, provocado por un rayo; y uno más en 1741, que acabó con la aguja superior.

La torre fue reconstruida y ampliada a lo largo de los siglos, adquiriendo su forma actual con una base cuadrada y una parte superior octogonal de piedra blanca. Desde lo alto, se leían bandos públicos, se anunciaban leyes y se advertía de incendios o ataques mediante el sonido de las campanas.

Hoy, con sus 83 metros de altura y sus 366 escalones, el Belfort sigue siendo el guardián de Brujas, ligeramente inclinado hacia la izquierda (sí, como la Torre de Pisa, pero en versión flamenca)

El Campanario de Brujas (Belfort) campana

El carillón que canta la ciudad

  • El Belfort alberga un carillón de 47 campanas, que suman más de 27 toneladas de bronce. Algunas datan del siglo XVII.

  • Un campanero oficial toca melodías en directo los miércoles, sábados y domingos de 11:00 a 12:00. En verano, hay conciertos especiales que llenan la plaza de música medieval.

La escalera de los valientes

  • Para llegar a la cima hay que subir 366 escalones en espiral. La escalera se estrecha conforme se asciende, lo que puede resultar desafiante para personas con claustrofobia o vértigo.

  • No hay ascensor, pero cada tramo ofrece pequeñas salas con exposiciones sobre la historia del campanario y vistas parciales que animan la subida.

El tesoro oculto

  • En la Edad Media, el Belfort era la caja fuerte de la ciudad: guardaba el sello oficial, las cartas magnas y los privilegios feudales que garantizaban la autonomía de Brujas frente al conde de Flandes.

  • También se almacenaba dinero, documentos comerciales y actas de los gremios. Era el corazón administrativo de la ciudad.

El Campanario de Brujas (Belfort):interior de la torre

Torre inclinada… pero estable

  • Aunque no lo parezca a simple vista, el Belfort está ligeramente inclinado hacia la izquierda. Esta desviación se debe a siglos de reconstrucciones tras incendios y rayos, pero no representa ningún riesgo estructural.

Incendios y reconstrucciones

  • La torre ha sido víctima de tres grandes incendios: en 1280, 1493 y 1741. Cada uno obligó a reconstruir partes clave, como la aguja superior, que nunca volvió a colocarse tras el último rayo.

  • La forma actual, con su remate octogonal neogótico, data de 1822, cuando se estabilizó su estructura y se modernizó el carillón.

El balcón de los mandamientos

  • Justo encima de la puerta principal hay un balcón desde donde se proclamaban las leyes y anuncios oficiales. Era el altavoz medieval de la ciudad, donde los funcionarios leían los “mandamientos de la lonja” frente a la plaza.

Horarios de visita

  • Abierto todos los días de 09:30 a 17:00

  • Cerrado: 25 de diciembre, 1 de enero y el día de la Ascensión

Precios de entrada al Belfort

  • Entrada general: 8 €

  • Jóvenes (de 6 a 25 años): 4 €

  • Niños menores de 5 años: Gratis

Nota: Los precios pueden variar ligeramente según temporada o promociones locales. Se recomienda consultar la web oficial antes de tu visita.

Consejo:  ve temprano o reserva con antelación, ya que el acceso es limitado y suele haber colas. Solo se permite subir cuando otros visitantes bajan


El Ayuntamiento de Brujas (Stadhuis): poder, arte y piedra flamenca

El Ayuntamiento de Brujas (Stadhuis): poder, arte y piedra flamenca

En el corazón de la Plaza Burg, rodeado de edificios que parecen susurrar historias del pasado, se alza el Ayuntamiento de Brujas, uno de los consistorios más antiguos de Europa. Su fachada gótica, con pináculos afilados y estatuas que vigilan desde las alturas, es una declaración de poder y belleza que ha resistido siglos de historia.

Construido entre 1376 y 1421, el Stadhuis fue el epicentro político de una Brujas en pleno auge comercial. En aquella época, la ciudad era una de las más ricas del continente, y sus gobernantes querían un edificio que reflejara esa grandeza. Lo lograron. El Ayuntamiento no solo servía como sede administrativa, sino también como símbolo de autonomía frente al conde de Flandes.

Sala Gótica El Ayuntamiento de Brujas (Stadhuis): poder, arte y piedra flamenca

Dentro, el tiempo parece haberse detenido. La Sala Gótica, con su bóveda de madera policromada y murales que narran la relación entre el pueblo y sus líderes, es una joya del gótico civil. Cada rincón está decorado con esmero, como si los artistas quisieran dejar constancia de que Brujas no solo comerciaba con telas, sino también con ideas y cultura.

A su lado, la Sala Histórica ofrece una mirada más íntima: documentos, retratos y exposiciones interactivas que revelan cómo el mar y los puertos del Zwin moldearon el destino de la ciudad. Y aunque hoy el edificio sigue funcionando como ayuntamiento, con el despacho del alcalde activo, su alma es la de un museo vivo.

fachada gótica, con pináculos afilados y estatuas que vigilan desde las alturas, Ayuntamiento de Brujas

Curiosidades del Stadhuis

  • Estilo gótico flamígero: su fachada es un ejemplo exquisito del gótico civil, con gárgolas, pináculos y esculturas que representan condes, santos y figuras bíblicas.

  • Estatuas reconstruidas: las originales fueron destruidas durante la Revolución Francesa; las actuales son reproducciones instaladas a partir de 1989.

  • Murales del siglo XIX: aunque la Sala Gótica es medieval, sus murales fueron añadidos en el siglo XIX para ilustrar episodios históricos.

  • Escenario de bodas: aún hoy se celebran matrimonios civiles en sus salas, especialmente los martes por la mañana, viernes por la tarde y sábados por la mañana.

  • Exposición multimedia: en la planta baja hay una muestra interactiva sobre la evolución de la Plaza Burg y la historia marítima de Brujas.

  • Retratos a tamaño real: en la entrada encontrarás imágenes de soberanos que marcaron la historia de la ciudad.

Horarios de visita

  • Horario: abierto todos los días de 09:30 a 17:00

  • Cierre parcial: las salas no están accesibles durante celebraciones de bodas (martes por la mañana, viernes por la tarde, sábado por la mañana)

Precios de entrada

  • Adultos: 8 €

  • Jóvenes (18–25 años): 7 €

  • Adolescentes (13–17 años): 4 €

  • Niños (0–12 años): Gratis


Iglesia de Nuestra Señora de Brujas (Onze-Lieve-Vrouwekerk)

Iglesia de Nuestra Señora de Brujas (Onze-Lieve-Vrouwekerk)

Historia: piedra, fe y arte a lo largo de los siglos

La iglesia comenzó a construirse en el siglo XIII, sobre los restos de una estructura románica anterior. Fue ampliada durante los siglos XIV y XV, convirtiéndose en una obra maestra del gótico flamenco. Su torre, de 122,3 metros, es la segunda estructura de ladrillo más alta del mundo, solo superada por la iglesia de San Martín en Landshut, Alemania.

Durante siglos, fue el centro espiritual de la ciudad y lugar de enterramiento de figuras históricas como Carlos el Temerario y su hija María de Borgoña, cuyas tumbas de bronce dorado se encuentran en el coro, representados con armadura y coronas, acompañados por símbolos de fuerza y lealtad.

Pero el tesoro más famoso de la iglesia es la Madonna con el Niño de Miguel Ángel, una escultura de mármol blanco creada hacia 1504. Es una de las pocas obras del artista que se encuentran fuera de Italia. Fue adquirida por dos comerciantes de Brujas y donada al templo en 1514. La escultura fue saqueada dos veces —por los franceses en 1794 y por los nazis en 1944— pero siempre regresó a su lugar

Tumbas ducales: Carlos el Temerario y María de Borgoña están representados con gran detalle, incluyendo la Orden del Toisón de Oro., Brujas

Curiosidades

  • Torre monumental: con 122,3 metros, es la estructura más alta de Brujas y un hito visible desde casi cualquier punto de la ciudad.

  • Madonna de Miguel Ángel: una de las dos únicas esculturas del artista fuera de Italia. Su expresión serena y su composición vertical la hacen única.

  • Tumbas ducales: Carlos el Temerario y María de Borgoña están representados con gran detalle, incluyendo la Orden del Toisón de Oro.

  • Vidrieras medievales: escenas bíblicas y emblemas religiosos llenan el templo de luz y color.

  • Tesoro litúrgico: cálices, relicarios y ornamentos religiosos se exhiben en la zona del museo.

  • Arquitectura sobria: a pesar de su tamaño, la iglesia mantiene una estética contenida, sin excesos decorativos.

Horarios de visita

  • Lunes a sábado: de 09:30 a 17:00

  • Domingo: de 13:30 a 17:00

  • Nota: puede cerrar parcialmente durante servicios religiosos o eventos especiales

Precios de entrada

  • Adultos: 8 €

  • Jóvenes (18–25 años): 7 €

  • Adolescentes (13–17 años): 4 €

  • Niños (0–12 años): Gratis


Basílica de la Santa Sangre: misticismo entre piedra y leyenda

Basílica de la Santa Sangre: misticismo entre piedra y leyenda

En una esquina discreta de la Plaza Burg, casi escondida entre edificios más imponentes, se encuentra uno de los tesoros más venerados de Brujas: la Basílica de la Santa Sangre. Su fachada, decorada con caballeros dorados y relieves medievales, apenas insinúa la profundidad espiritual que guarda en su interior.

La historia comienza en el siglo XII, cuando Teodorico de Alsacia, conde de Flandes, regresó de Tierra Santa tras la Segunda Cruzada. Según la tradición, trajo consigo una reliquia sagrada: unas gotas de la sangre de Cristo, recogidas por José de Arimatea. Para custodiarla, mandó construir una doble capilla junto a su residencia. Así nació este santuario, que con el tiempo se convirtió en símbolo de devoción y orgullo para los habitantes de Brujas.

la capilla de la Santa Sangre

La basílica está compuesta por dos niveles. Abajo, la capilla de San Basilio, oscura y austera, es uno de los pocos ejemplos de arquitectura románica que se conservan en Flandes. Arriba, la capilla de la Santa Sangre, reconstruida en estilo gótico y decorada en el siglo XIX con un aire neogótico, es un estallido de color, luz y espiritualidad.

Cada día, a las 14:00, la reliquia se muestra al público en un relicario de plata y piedras preciosas. Y una vez al año, durante la procesión de la Ascensión, recorre las calles de Brujas en un acto que mezcla fe, historia y tradición viva.

La reliquia de la sangre de Cristo se guarda en un relicario del siglo XVII, obra del orfebre Jan Crabbe.

Curiosidades de la Basílica

  • La reliquia de la sangre de Cristo se guarda en un relicario del siglo XVII, obra del orfebre Jan Crabbe.

  • Capilla doble: la inferior es románica (siglo XII), la superior es gótica con decoración neogótica del siglo XIX.

  • Procesión anual: cada Día de la Ascensión, la reliquia es paseada por la ciudad en una ceremonia reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial.

  • Murales narrativos: en la capilla superior, los frescos cuentan la historia de la reliquia y su llegada a Brujas.

  • Ubicación discreta: está en la esquina derecha de la Plaza Burg, casi escondida, lo que la hace aún más especial.

  • Momento de veneración: todos los días a las 14:00, los visitantes pueden acercarse a ver la reliquia de cerca.

  • Museo interno: incluye objetos litúrgicos, relicarios antiguos y documentos sobre la historia de la basílica.

Horarios de visita

  • Basílica: abierta todos los días de 10:00 a 17:15

  • Veneración de la reliquia: diariamente de 14:00 a 16:00

    • Viernes y primer domingo de cada mes: también de 10:15 a 11:00

Nota: la basílica no está accesible durante los servicios litúrgicos

Precios de entrada

  • Entrada a la basílica: gratuita

  • Museo / Cámara del tesoro:

    • Adultos: 5 €

    • Niños hasta 12 años: gratis


El Beaterio de Brujas (Begijnhof): un refugio de silencio y sororidad

El Beaterio de Brujas (Begijnhof): un refugio de silencio y sororidad

A pocos pasos del Minnewaterpark, cruzando un puente de piedra que parece sacado de un grabado antiguo, se abre un espacio que detiene el tiempo: el Begijnhof Ten Wijngaerde, el beaterio de Brujas. Fundado en 1245 por la condesa Margarita de Constantinopla, este conjunto de casas blancas rodeadas de álamos fue hogar de las beguinas, mujeres que eligieron una vida piadosa sin someterse a los votos monásticos ni a la tutela masculina.

Las beguinas eran viudas, huérfanas o mujeres solteras que, tras las Cruzadas, encontraron en estos espacios una forma de vivir con autonomía, dedicadas a la oración, la enseñanza y el bordado de encajes. Aunque no pertenecían a ninguna orden religiosa, su estilo de vida generó tensiones con la Iglesia, que tardó siglos en aceptar su existencia.

El beaterio de Brujas es uno de los mejor conservados de Europa. Sus casitas encaladas, muchas del siglo XVII y XVIII, se disponen alrededor de un jardín central que en primavera se llena de narcisos, pero en otoño se cubre de hojas doradas y silencio. Hoy, el lugar está habitado por monjas benedictinas, que han mantenido viva la tradición de recogimiento y serenidad.

Entrar al Begijnhof es como entrar en otro ritmo. Aquí no hay ruido, ni prisas, ni consumo. Solo pasos suaves, árboles que susurran y una iglesia que sigue latiendo en el centro del recinto. Es un espacio para respirar, para pensar, para sentir.

claustro interior El Beaterio de Brujas (Begijnhof):

Curiosidades del Begijnhof

  • Última beguina: falleció en 2013, cerrando un capítulo de casi 800 años de historia femenina autónoma.

  • Casas encaladas: hay más de 30, muchas del siglo XVII y XVIII, todas dispuestas en torno a un jardín central.

  • Silencio obligatorio: el Begijnhof es un espacio de recogimiento; hay carteles que invitan al silencio como valor patrimonial.

  • Encaje flamenco: las beguinas eran expertas en bordado, y su trabajo dio origen a la tradición del encaje de Brujas.

  • Museo Casa de la Beguina: una de las casas ha sido convertida en museo, con muebles originales y objetos cotidianos que muestran cómo vivían.

  • Iglesia de Wijngaard: reconstruida en el siglo XVIII, sigue activa y es el corazón espiritual del beaterio.

  • Jardín de narcisos: aunque famoso en primavera, en otoño se transforma en un tapiz de hojas doradas que realza la arquitectura.

Horarios de visita

  • Begijnhof (recinto exterior): abierto todos los días de 06:30 a 18:30

  • Museo Casa de la Beguina:

    • Lunes a sábado: 10:00 a 17:00

    • Domingo: 14:30 a 17:00

Precios de entrada

  • Acceso al Begijnhof: gratuito

  • Museo Casa de la Beguina:

    • Adultos: 2 €

    • Mayores de 65 años: 1,50 €

    • Estudiantes: 1 €


Poertoren (Torre de la Pólvora): la vigía silenciosa del Minnewater

Poertoren (Torre de la Pólvora): la vigía silenciosa del Minnewater

A orillas del romántico Lago del Amor, entre álamos y senderos tranquilos, se alza una torre robusta de ladrillo rojo que parece observarlo todo en silencio: la Poertoren, conocida como la Torre de la Pólvora. Aunque no suele figurar en las postales más típicas de Brujas, este edificio de 18 metros de altura ha sido testigo de siglos de historia defensiva, industrial y urbana.

Construida en 1397, la torre formaba parte del sistema de fortificaciones medievales que protegían la ciudad. Su ubicación estratégica, junto al puente del Minnewater, la convertía en un punto clave para vigilar el acceso sur. Pero con el paso del tiempo, su función cambió: en 1477, fue reconvertida en almacén de pólvora, lo que le dio su nombre actual.

Durante siglos, la Poertoren fue un lugar de riesgo y respeto. Custodiaba un material explosivo en pleno corazón de Brujas, y su estructura sólida y aislada era perfecta para evitar accidentes. Más adelante, la torre también se usó como molino, y entre 1989 y 1991 fue restaurada por el arquitecto A. Cottyn, devolviéndole su dignidad arquitectónica sin alterar su esencia medieval.

Hoy, la torre no se puede visitar por dentro, pero sigue siendo un lugar especial. A sus pies, un pequeño parque escondido ofrece un rincón de paz, accesible por una escalera metálica que parece llevarte a otro tiempo. Es el tipo de lugar que no aparece en los mapas turísticos, pero que se queda en la memoria.

Curiosidades de la Poertoren

  • Almacén de pólvora: desde 1477, la torre guardaba explosivos para la defensa de la ciudad.

  • Altura imponente: mide 18 metros y tiene un diámetro de 8 metros, lo que la hacía ideal para almacenamiento seguro.

  • Puerta del Agua: junto con una torre gemela (ya desaparecida), formaba la antigua “Waterpoort”, entrada fluvial a Brujas.

  • Usos múltiples: además de almacén, fue molino y punto de vigilancia.

  • Restauración moderna: entre 1989 y 1991, fue restaurada por el arquitecto A. Cottyn, respetando su diseño original.

  • Parque escondido: a sus pies hay un jardín hundido, accesible por una escalera metálica, ideal para descansar lejos del bullicio.

  • Punto fotográfico: su silueta junto al Minnewater es una de las más fotogénicas en otoño, cuando los árboles se tiñen de cobre.

Horarios de visita

  • Exterior de la torre y parque: accesible todos los días, de 06:30 a 18:30

  • Interior de la torre: no está abierto al público


Naturaleza en Brujas: canales, jardines y espacios verdes que enamoran


Los canales: las venas de la ciudad

Brujas es conocida como la Venecia del Norte, y no es solo por sus puentes y barcas. Los canales serpentean por toda la ciudad, conectando plazas, parques y callejuelas con una elegancia líquida que en otoño se vuelve casi mágica.

Historia de los canales

Brujas no nació junto al mar, pero el mar la encontró. En el siglo XII, una gran tormenta abrió un canal natural que conectó la ciudad con el Mar del Norte a través de las localidades de Damme y Sluis. Esta conexión marítima convirtió a Brujas en uno de los puertos más importantes de Europa, y sus canales se ensancharon para permitir la entrada de grandes buques comerciales.

El río Reie, que fluía por la ciudad, fue transformado en una red de canales que permitía transportar mercancías directamente a los mercados del centro. Desde el Dampoort, la puerta fluvial de entrada, los barcos se distribuían por canales como el Langerei, Potterierei, Spiegelrei y Spinolarei, cada uno con funciones específicas: desde astilleros hasta zonas de carga.

Durante los siglos XIII al XV, Brujas vivió su época dorada gracias a este sistema acuático. Mercaderes de toda Europa llegaban con lana, especias, arte y dinero. Los canales no solo facilitaban el comercio, también eran símbolo de poder y sofisticación urbana.

Con el tiempo, la sedimentación del canal Zwin y el auge de Amberes como puerto provocaron el declive comercial de Brujas. Pero los canales quedaron, como testigos silenciosos de su pasado glorioso. Hoy, se utilizan para paseos turísticos, y su trazado sigue siendo el mismo que hace más de 700 años.

Groenerei: el canal más romántico, bordeado de árboles que se tiñen de cobre. Ideal para pasear al atardecer

Groenerei: el canal más romántico, bordeado de árboles que se tiñen de cobre. Ideal para pasear al atardecer

Gouden-Handrei: parte de la antigua muralla, con una atmósfera tranquila y menos turística.

Gouden-Handrei: parte de la antigua muralla, con una atmósfera tranquila y menos turística.

Dijver: conecta el Museo Groeninge con el Muelle del Rosario. Reflejos perfectos y vistas al campanario.

Dijver: conecta el Museo Groeninge con el Muelle del Rosario. Reflejos perfectos y vistas al campanario.

Augustijnenrei: canal escondido, ideal para quienes buscan rincones secretos.

Augustijnenrei: canal escondido, ideal para quienes buscan rincones secretos.

Coupure: con barcos flotantes y aire de sur francés, perfecto para relajarse lejos del centro

Coupure: con barcos flotantes y aire de sur francés, perfecto para relajarse lejos del centro


Cómo navegar los canales de Brujas

Paseos en barco turístico

  • Duración: 30 minutos aprox.

  • Precio: entre 12 y 15 € por persona

  • Idiomas: suelen ofrecer explicaciones en inglés, francés, neerlandés y a veces español

  • Puntos de embarque: hay cinco muelles oficiales, todos en el centro histórico:

    • Rozenhoedkaai (el más fotogénico)

    • Huidenvettersplein

    • Wollestraat

    • Nieuwstraat

    • Katelijnestraat

💡 Consejo : ve temprano o al final del día para evitar colas y disfrutar de la luz dorada del atardecer.

Temporada de navegación

  • Abril a noviembre: los barcos operan todos los días

  • Horario típico: de 10:00 a 18:00, aunque puede variar según clima y afluencia

Experiencia sensorial en otoño

  • Cisnes: símbolo de Brujas, nadan libremente por los canales. En otoño, su presencia entre hojas caídas crea escenas de cuento.

  • Neblina matinal: especialmente en octubre y noviembre, los canales amanecen envueltos en bruma, ideal para fotos poéticas.

  • Reflejos dorados: las fachadas medievales se duplican en el agua, creando una atmósfera mágica.

Alternativas al barco

  • Paseo a pie por los canales: puedes recorrerlos siguiendo rutas como la del Groenerei o el Gouden-Handrei.

  • Tour guiado + barco: muchas agencias ofrecen visitas combinadas por el casco histórico y navegación por los canales (desde 38 €).

  • Free tours: algunos incluyen tramos junto a los canales y explicaciones sobre su historia.


Parques y jardines: el pulmón verde de Brujas


Brujas no solo se descubre entre canales y torres medievales. También se respira. En sus parques y jardines, la ciudad baja el ritmo, se vuelve íntima y ofrece espacios donde el silencio tiene textura. En otoño, estos rincones verdes se transforman en refugios dorados, donde las hojas caen como si marcaran el compás de una sinfonía tranquila.

Desde el romántico Minnewaterpark, con cisnes que flotan como pinceladas vivas, hasta el discreto Poertorenpark, escondido junto a una torre de ladrillo, Brujas invita a pasear sin prisa. Sus jardines no son meros adornos: son parte de su alma. Aquí, los árboles cuentan historias, los bancos invitan a la contemplación y cada sendero parece diseñado para perderse un poco y encontrarse de nuevo.

En esta sección, te llevaré por los espacios naturales más bellos de la ciudad: parques históricos, jardines secretos, rutas verdes y rincones que en otoño se convierten en escenarios de cuento. Porque Brujas, cuando se viste de hojas, es aún más Brujas.

Minnewaterpark: el corazón romántico de Brujas

Minnewaterpark: el corazón romántico de Brujas

El nombre “Minnewater” proviene de Minna, una joven de leyenda flamenca que murió de amor. Según el relato, su padre la obligó a casarse con alguien que no amaba, y ella huyó al bosque. Su amado, Stromberg, la encontró demasiado tarde, y en su dolor, rompió un dique para inundar su tumba, creando el lago que hoy lleva su nombre.

Más allá de la leyenda, el lago tuvo una función práctica: en el siglo XVI, era un muelle donde atracaban barcos cargados de lana, vino y especias. El parque que lo rodea se fue desarrollando como espacio verde en el siglo XIX, y hoy es uno de los lugares más visitados por locales y turistas.

Qué ver en Minnewaterpark

  • El Lago del Amor: espejo de agua rodeado de álamos, cisnes y puentes de piedra. Ideal para fotos y paseos tranquilos.

  • Puente de Minnewater: uno de los más icónicos de Brujas, con vistas al lago y a la Poertoren.

  • Poertoren (Torre de la Pólvora): torre medieval que custodiaba pólvora, hoy vigía silenciosa del parque.

  • Begijnhof Ten Wijngaerde: el beaterio está justo al lado, accesible a pie desde el parque.

  • Bargebrug: puente moderno de diseño minimalista que conecta el parque con la estación de tren.

  • Jardines y senderos: ideales para caminar, leer o simplemente sentarse a contemplar el paisaje.

Horarios de visita

  • Parque abierto todos los días: de 06:30 a 18:30

  • Acceso libre y gratuito

  • No hay cierre estacional, pero en otoño el parque ofrece su mejor cara: menos turistas, más atmósfera

Cómo llegar

  • Desde la estación de tren de Brujas: 10–15 minutos caminando

  • Desde Grote Markt: 14 minutos a pie

  • Parada de autobús más cercana: Brugge Bargeplein

💡 Consejo Si llegas temprano por la mañana, puedes ver el lago cubierto de neblina, con los cisnes deslizándose en silencio. Es uno de los momentos más mágicos de Brujas, especialmente en otoño.

Begijnhof: donde el tiempo se detiene y el alma respira

Begijnhof: donde el tiempo se detiene y el alma respira

Hay lugares que no se visitan, se sienten. El Begijnhof de Brujas es uno de ellos. No importa cuántas veces lo hayas visto en fotos: cruzar su entrada es como bajar el volumen del mundo. El bullicio de la ciudad queda atrás, y lo que queda es un susurro de hojas, pasos suaves y fachadas blancas que parecen guardar secretos.

En otoño, el jardín central se cubre de hojas doradas que crujen bajo los pies. Los álamos altos se mecen con el viento, y el silencio se vuelve casi táctil. No hay música, ni voces altas, ni prisas. Solo el ritmo pausado de quienes caminan sin mirar el reloj, como si el tiempo aquí tuviera otra medida.

Las casas, todas encaladas y alineadas con una simetría serena, parecen observar sin juzgar. Algunas tienen cortinas bordadas, otras macetas en las ventanas, pero todas comparten una misma esencia: la de haber sido hogar de mujeres que eligieron vivir con dignidad, fe y libertad.

La iglesia, discreta pero firme, sigue abierta. A veces se oye el canto lejano de las monjas benedictinas, que aún habitan el recinto. No es un canto para turistas, es un canto para el alma. Y si te sientas en uno de los bancos del jardín, sin móvil, sin cámara, solo tú y el aire fresco, entenderás por qué este lugar ha resistido siglos sin perder su esencia.

De Vesten: el anillo verde que protege Brujas

De Vesten: el anillo verde que protege Brujas

¿Qué es De Vesten?

De Vesten es el nombre que recibe el cinturón verde de Brujas, un extenso parque lineal que sigue el trazado de las antiguas murallas medievales. Con más de 26 hectáreas y 3000 árboles, este espacio conecta molinos de viento, puertas históricas y canales tranquilos en una ruta circular de unos 7 kilómetros.

¿Qué puedes hacer?

  • Pasear o pedalear por sus senderos arbolados

  • Descubrir los cuatro portales medievales: Gentpoort, Kruispoort, Smedenpoort y Ezelpoort

  • Sentarte a descansar junto a los molinos de Kruisvest, especialmente fotogénicos en otoño

  • Disfrutar de vistas al Lago del Amor, el puerto deportivo de Coupure y el Puente Conzett

Horarios de visita

  • Acceso libre y gratuito

  • Abierto todos los días, sin restricciones horarias

💡 Consejo: si te gusta caminar sin rumbo fijo, De Vesten es perfecto. Puedes empezar en cualquier punto y dejarte llevar por el ritmo de los árboles.

 Koningin Astridpark: el jardín secreto del centro

 Koningin Astridpark: el jardín secreto del centro

¿Dónde está?

Ubicado entre la Plaza Burg, el Mercado del Pescado y la Iglesia de Santa Magdalena, el Parque de la Reina Astrid es un oasis botánico en pleno centro de Brujas.

¿Qué encontrarás?

  • Un estanque con fuente rodeado de bancos y un quiosco romántico

  • Árboles centenarios que en otoño se tiñen de tonos cálidos

  • Un parque infantil amplio y seguro, ideal para familias

  • Caminos tranquilos para pasear, leer o simplemente desconectar

Horarios de visita

  • Abierto todos los días, de 00:00 a 23:59

  • Acceso libre y gratuito

Bonus otoñal: durante el festival Winter Glow, este parque se convierte en escenario de espectáculos de luces, creando una atmósfera mágica entre los árboles.


El centro histórico de Brujas: plazas con alma y calles que susurran


Grote Markt (Plaza Mayor)

Grote Markt (Plaza Mayor), Brujas

Es el corazón palpitante de Brujas. Rodeada de casas gremiales con tejados a dos aguas, esta plaza ha sido el centro comercial y social desde el siglo X. Aquí se alza el imponente Belfort, el campanario de 83 metros que domina el skyline. En el centro, la estatua de Jan Breydel y Pieter de Coninck recuerda la lucha por la independencia flamenca.

🍺 Consejo : siéntate en una terraza con una cerveza trapense y observa cómo la plaza cambia de color con la luz del atardecer.

Eiermarkt: donde los huevos tenían su lugar

Eiermarkt: donde los huevos tenían su lugar

Aunque hoy es una plaza animada llena de cafeterías, terrazas y turistas que desayunan gofres, el Eiermarkt fue durante siglos un mercado de productos lácteos, especialmente de huevos, mantequilla y queso. Su nombre proviene de esa función original: “eier” significa “huevos” en neerlandés, y “markt” es “mercado”.

Hasta el siglo XII, el Eiermarkt formaba parte del gran mercado central que incluía la Grote Markt, pero con el tiempo se especializó en productos frescos. En el siglo XVI, se construyó un edificio llamado Boterhuis (Casa de la Mantequilla), que reforzó su papel como mercado lácteo. Aunque ese edificio fue demolido más tarde, el nombre de la plaza permaneció como testimonio de su pasado comercial

Blinde-Ezelstraat: el pasaje del asno ciego y sus leyendas

Blinde-Ezelstraat: el pasaje del asno ciego y sus leyendas

Esta callejuela conecta dos puntos clave del casco antiguo: la Plaza Burg y el Vismarkt (antiguo mercado del pescado). Atraviesa una bóveda que une el Ayuntamiento gótico con la Antigua Escribanía civil, y cada metro cuadrado parece tener algo que contar: relieves, escudos, faroles y hasta una protesta silenciosa contra la contaminación, visible en un cuadrado negro que no se limpió durante la restauración de los años 70.

Pero lo que más llama la atención es su nombre: Blinde-Ezelstraat, literalmente “Calle del Asno Ciego”. ¿Por qué se llama así? Aquí entran en juego varias leyendas:

Orígenes del nombre: entre historia y mito

  • Molino con burro: una de las teorías más aceptadas dice que en la esquina de esta calle había un molino movido por un burro. Para evitar que el animal se mareara o se distrajera, le tapaban los ojos. De ahí, el “asno ciego”.

  • Albergue medieval: en el siglo XV existía una posada llamada Den Blinden Ezel (“El Asno Ciego”), justo al lado de la escribanía. El nombre del callejón podría haber derivado directamente de este establecimiento.

  • Leyenda trágica: otra historia cuenta que un hombre rico y su burro caminaban por el callejón cuando el animal cayó al canal. Incapaz de salvarlo, el hombre lo cegó para evitar que otros lo usaran como carne. Aunque menos creíble, esta versión añade dramatismo al mito.

  • Ruta comercial: algunos historiadores creen que el nombre se relaciona con el uso de burros para transportar mercancías desde el muelle al centro financiero de la ciudad. El “ciego” sería una metáfora del trabajo repetitivo y sin descanso.

Hoy en día

La Blinde-Ezelstraat es un pasaje vital para peatones y ciclistas, y uno de los más fotogénicos de Brujas. Su estrechez, sus bóvedas y su conexión entre dos mundos —el poder político y el comercio popular— la convierten en un símbolo de la ciudad.

💡 Consejo  si pasas por allí, mira hacia arriba: la arquitectura te habla. Y si te detienes bajo la bóveda, escucha. A veces, los muros susurran leyendas.

De Garre: la grieta que guarda una joya

De Garre: la grieta que guarda una joya Ubicada entre la Plaza del Burg y la calle Breidelstraat,

Ubicada entre la Plaza del Burg y la calle Breidelstraat, De Garre es considerada uno de los pasajes más estrechos de Brujas. Su nombre proviene del dialecto flamenco occidental, donde “garre” significa grieta o hendidura. Y eso es exactamente lo que parece: una grieta entre edificios, un suspiro de calle que se abre como por accidente.

Históricamente, De Garre fue una calle de incendios: un acceso rápido para los bomberos medievales que necesitaban llegar al canal con cubos de agua. Aunque ese pasadizo directo ya no existe, el callejón conserva su carácter medieval intacto. Adoquines irregulares, muros de ladrillo y una ligera curva que lo hace aún más misterioso.

¿Qué hay en De Garre hoy?

A pesar de su tamaño humilde, De Garre alberga una de las cervecerías más legendarias de Brujas: Café De Garre. Es famosa por su cerveza triple exclusiva, servida en copas pequeñas con un toque de queso flamenco. El local es diminuto, acogedor y siempre lleno de gente que ha logrado encontrarlo.

💡 Consejo : si quieres vivir una experiencia auténtica, entra, pide una Tripel De Garre y siéntate en una de sus mesas de madera. Es como beber historia líquida.

Curiosidades de De Garre

  • Tan estrecha que no se ve: muchos visitantes pasan de largo sin notar la entrada. Es un reto visual encontrarla.

  • Cerveza exclusiva: la Tripel De Garre no se vende fuera del local. Solo se sirve allí.

  • Ambiente medieval: la cervecería conserva la estética de una taberna del siglo XVII.

  • Fotogénica y secreta: es uno de los rincones más buscados por fotógrafos que quieren capturar la esencia escondida de Brujas.

  • Ubicación estratégica: conecta dos zonas muy transitadas, pero se mantiene invisible para la mayoría.

Sint-Jakobsstraat: elegancia discreta entre ladrillos flamencos

Sint-Jakobsstraat: elegancia discreta entre ladrillos flamencos

La Sint-Jakobsstraat es una de las calles más antiguas y señoriales de Brujas. Conecta la Grote Markt con el barrio norte, y a lo largo de sus adoquines se alinean casas de ladrillo escalonado, tiendas de diseño, cafés tranquilos y una atmósfera que mezcla lo residencial con lo artístico. No es una calle para correr: es para pasear, mirar hacia arriba y dejarse envolver por la arquitectura flamenca.

En el siglo XV, esta calle era frecuentada por mercaderes extranjeros, especialmente ingleses y lombardos, que establecieron aquí sus residencias. Hoy, sigue conservando ese aire distinguido, con fachadas bien conservadas, ventanas altas y detalles ornamentales que hablan de una Brujas menos turística, más vivida.

Sint-Jakobskerk: la joya silenciosa de la calle

El edificio más destacado de la calle es la Iglesia de Santiago (Sint-Jakobskerk), una iglesia gótica de salón que ha sido lugar de culto desde el siglo XIII. Aunque menos conocida que otras iglesias de Brujas, guarda en su interior retablos barrocos, murales históricos y una paz que contrasta con el bullicio de la Grote Markt.

Horarios de visita

  • Abierta todos los días: de 13:00 a 17:00

  • Cierre ocasional durante servicios religiosos o eventos especiales

Precios

  • Entrada gratuita

  • Donaciones voluntarias aceptadas para mantenimiento del edificio


Museos imprescindibles en Brujas


Museo Gruuthuse: arte, poder y vida cotidiana en un palacio flamenco

Museo Gruuthuse: arte, poder y vida cotidiana en un palacio flamenco

Historia del museo

El museo se encuentra en el Palacio Gruuthuse, una mansión gótica del siglo XV que perteneció a la poderosa familia Gruuthuse, enriquecida gracias al monopolio sobre la “gruut” —una mezcla de hierbas usada para aromatizar la cerveza antes de que se popularizara el lúpulo. El más célebre de sus miembros, Luis de Gruuthuse, fue mecenas, diplomático y amante del arte, y convirtió su residencia en un símbolo de prestigio borgoñón.

El edificio está justo al lado de la Iglesia de Nuestra Señora, y de hecho, una capilla privada conecta ambos espacios, permitiendo a la familia asistir a misa sin salir a la calle. Tras siglos de transformaciones, el palacio fue restaurado y convertido en museo, y hoy forma parte de la red Musea Brugge, que gestiona los principales espacios culturales de la ciudad.

Museo Gruuthuse: arte, poder y vida cotidiana en un palacio flamenco

Colección permanente

El museo ofrece un recorrido por 500 años de historia urbana, dividido en tres grandes períodos:

  • Brujas borgoñona (siglos XV–XVI): tapices, esculturas de madera, vitrales góticos, mobiliario tallado y objetos de lujo.

  • Brujas barroca (siglos XVII–XVIII): porcelanas, platería, instrumentos musicales, vestuario y joyería.

  • Brujas romántica (siglo XIX): documentos, pinturas y objetos que narran la “reinvención” de Brujas como ciudad histórica.

También se exhiben piezas arqueológicas, numismáticas y objetos cotidianos que permiten imaginar la vida en el palacio: desde la cocina hasta el salón de recepciones.

Museo Gruuthuse: arte, poder y vida cotidiana en un palacio flamenco

Curiosidades

  • Capilla privada: conecta el museo con el coro gótico de la Iglesia de Nuestra Señora, una rareza arquitectónica.

  • Premios europeos: el museo ha sido galardonado como uno de los más acogedores de Europa en 2021.

  • Retrato de Luis de Gruuthuse: preside la primera sala, como anfitrión silencioso del recorrido.

  • Tapices flamencos: algunos datan del siglo XV y muestran escenas mitológicas y cortesanas.

  • Chimeneas monumentales: decoradas con escudos, inscripciones y relieves que narran la historia familiar.

  • Arquitectura original: el palacio conserva columnas, techos altos y ventanas con tracería gótica.

Horarios de visita

  • Martes a domingo: de 09:30 a 17:00

  • Cerrado los lunes

  • Última entrada: 30 minutos antes del cierre

Precios de entrada

  • Adultos (26+): 15 €

  • Jóvenes (18–25 años): 13 €

  • Adolescentes (13–17 años): 7 €

  • Niños (0–12 años): Gratis

  • Tarjetas válidas: museumPASSmusées, OKV-kaart


Museo del Hospital de San Juan (Sint-Janshospitaal)

Exterior Museo del Hospital de San Juan (Sint-Janshospitaal)

Historia: hospitalidad medieval con alma flamenca

Fundado en el siglo XII, el Hospital de San Juan es uno de los más antiguos de Europa. En sus orígenes, no era solo un lugar para enfermos: también acogía peregrinos, viajeros y pobres, sin importar su condición. Monjas y hermanos cuidaban de los pacientes en largas salas de enfermería, donde la medicina era rudimentaria pero la compasión abundante.

A lo largo de los siglos, el hospital creció en tamaño y prestigio. En el siglo XV, se convirtió en un centro de referencia, y fue entonces cuando el artista Hans Memling recibió el encargo de crear obras para su capilla. En el siglo XIX, la medicina moderna desplazó al hospital hacia nuevas instalaciones, y el edificio histórico fue preservado como museo.

Hoy, el museo ocupa el antiguo hospital, su iglesia y la farmacia, ofreciendo una experiencia que mezcla arte, historia médica y espiritualidad.

Museo del Hospital de San Juan (Sint-Janshospitaal)

Colección: arte, medicina y memoria

  • Obras de Hans Memling: el museo alberga la segunda mayor colección del mundo del maestro flamenco. Destaca el Relicario de Santa Úrsula, una obra maestra en forma de arca pintada con escenas narrativas.

  • Instrumental médico antiguo: bisturís, frascos, prótesis y documentos que muestran cómo se practicaba la medicina en la Edad Media.

  • Farmacia histórica: con estanterías de madera, frascos de cerámica y recetas manuscritas.

  • Arte contemporáneo: el museo dialoga con el presente a través de obras de artistas como Berlinde De Bruyckere y Patricia Piccinini, que exploran el cuerpo y la vulnerabilidad.

  • Testimonios y objetos cotidianos: camas, hábitos religiosos, utensilios y cartas que revelan la vida diaria en el hospital.

Museo del Hospital de San Juan (Sint-Janshospitaal)

Curiosidades

  • La sala de enfermería original aún conserva su estructura de madera del siglo XIII, una de las más antiguas de Europa.

  • Memling trabajó directamente para el hospital, y sus obras nunca salieron del recinto.

  • La farmacia incluye fórmulas con ingredientes como polvo de momia, muy usado en la medicina medieval.

  • La iglesia adyacente sigue abierta al público y forma parte del recorrido museístico.

  • Las monjas tejían encajes para financiar el hospital, una tradición que se mantiene viva en Brujas.

Horarios de visita

  • Martes a domingo: de 09:30 a 17:00

  • Cerrado los lunes

  • Última entrada: 30 minutos antes del cierre

Precios de entrada

  • Adultos (26+): 15 €

  • Jóvenes (18–25 años): 13 €

  • Adolescentes (13–17 años): 7 €

  • Niños (0–12 años): Gratis

  • Incluido en la tarjeta Musea Brugge


Museo Horario Precio Tarjeta turística Dirección
Museo Groeninge Mar–Dom 09:30–17:00 15 € (adultos) Musea Brugge Card Dijver 12, 8000 Brujas
Museo Gruuthuse Mar–Dom 09:30–17:00 15 € (adultos) Musea Brugge Card Dijver 17, 8000 Brujas
Sint-Janshospitaal Mar–Dom 09:30–17:00 15 € (adultos) Musea Brugge Card Mariastraat 38, 8000 Brujas
Choco-Story Todos los días 10:00–17:00 13 € (adultos) No incluida Wijnzakstraat 2, 8000 Brujas
Frietmuseum Todos los días 10:00–17:00 8 € (adultos) No incluida Vlamingstraat 33, 8000 Brujas
Bruges Beer Experience Todos los días 10:00–18:00 12 € (adultos) No incluida Breidelstraat 3, 8000 Brujas
Museo del Encaje Mar–Dom 09:30–17:00 8 € (adultos) Musea Brugge Card Balstraat 16, 8000 Brujas
Luc Vanlaere Harp Museum Mié–Sáb 15:00–18:00 Gratis No aplica Katelijnestraat 43, 8000 Brujas

Gastronomía en Brujas: sabores que cuentan historias


Platos típicos que no puedes perderte

Waterzooi Guiso cremoso de pescado o pollo con verduras, nata y huevo. Originario de Gante, pero muy presente en los menús de Brujas.

Platos típicos que no puedes perderte

  • Mejillones con patatas fritas (Moules-frites) El plato más icónico de Bélgica. Se sirven en cazuela, al vapor o con salsas como vino blanco, ajo o cerveza local.

  • Waterzooi Guiso cremoso de pescado o pollo con verduras, nata y huevo. Originario de Gante, pero muy presente en los menús de Brujas.

  • Carbonade flamande Estofado de carne cocinado lentamente en cerveza negra, acompañado de pan o patatas. Reconfortante y sabroso.

  • Anguilas al verde (Anguilles au vert) Anguilas cocinadas en una salsa de hierbas frescas. Un plato tradicional de la región flamenca.

  • Sopa de pescado Caliente, aromática y perfecta para los días fríos. Se sirve en muchos restaurantes como entrada estrella.

Snacks y dulces imperdibles

  • Patatas fritas belgas Crujientes por fuera, suaves por dentro. Se sirven en cucuruchos con más de 10 tipos de salsa. Puedes aprender su historia en el Frietmuseum.

  • Gofres (Gauffres) Hay dos tipos: los de Bruselas (ligeros y rectangulares) y los de Lieja (más densos y caramelizados). En Brujas, los sirven con fruta, chocolate o nata.

  • Chocolate artesanal Brujas está llena de chocolaterías como Dumon, The Chocolate Line o Choco Jungle. Bombones, trufas y tabletas con ingredientes exóticos.

Cerveza local: orgullo líquido

  • Brugse Zot Cerveza rubia o doble fermentada, elaborada en la cervecería De Halve Maan, que puedes visitar para ver el proceso y degustar en su bodega.

  • Straffe Hendrik Más intensa, con notas tostadas. También producida en Brujas.

  • Fort Lapin Cervecería artesanal con variedades innovadoras y ecológicas.

El chocolate en Brujas: tradición, arte y sabor

El chocolate en Brujas: tradición, arte y sabor

Un legado que se funde en la historia

Desde el siglo XVII, cuando el cacao llegó a Europa, Bélgica lo convirtió en arte. En Brujas, el chocolate se elaboraba en conventos, farmacias y casas nobles como producto medicinal y de lujo. Hoy, esa tradición se ha transformado en una industria artesanal que sigue respetando los métodos clásicos: conchado lento, cacao puro, y rellenos hechos a mano.

La ciudad ha apostado por mantener viva esta esencia a través del sello “Handmade in Brugge”, que distingue a los chocolateros que elaboran sus productos en el propio taller, sin procesos industriales ni cadenas de producción masiva.

Chocolaterías artesanas que debes conocer

  • Chocolaterie Spegelaere Famosa por sus chocolade druiventrossen (uvas de chocolate rellenas de mazapán o praliné), muy populares entre los locales.

  • The Chocolate Line Dirigida por el maestro Dominique Persoone, mezcla tradición con innovación: bombones con wasabi, tequila o bacon.

  • Dumon Una de las más clásicas, con envoltorios elegantes y sabores intensos. Ideal para regalar.

  • Choco Jungle Creativa y colorida, con bombones en forma de animales y frutas tropicales.

  • Brugsch Swaentje El “cisne de Brujas”, bombón típico que homenajea el símbolo de la ciudad.

Choco-Story: el museo del chocolate

Si quieres entender el chocolate desde la raíz, visita el Museo Choco-Story. Allí descubrirás:

  • La historia del cacao desde los mayas hasta Europa

  • El proceso de elaboración artesanal

  • Una colección de más de 1.000 objetos históricos

  • Demostraciones en vivo y degustaciones incluidas

Horario: todos los días de 10:00 a 18:00

Precio: 13 € adultos / 11 € jóvenes / 8 € niños

Dirección: Wijnzakstraat 2, 8000 Brujas


Información Práctica


Nombre Horario Precio Tipo de cocina Dirección
De Gastro 12:00–15:00 / 18:00–22:00 €€–€€€ Belga tradicional Braambergstraat 6
La Plancha 18:00–22:00 €€–€€€ Carne y marisco Hoogstraat 15
Mozart Brugge 17:30–21:30 €€–€€€ Carnes y belga Sint-Jakobsstraat 15
Soup 11:00–17:00 Europea saludable Noordzandstraat 2
Belgian Pigeon House 18:00–22:00 €€–€€€ Belga y europea Eekhoutstraat 5
Chez Albert 10:00–18:00 Gofres y postres Breidelstraat 16
One Restaurant 12:00–14:00 / 18:00–21:00 €€ Belga casera Arsenaalstraat 55

Tarjeta Duración Precio Qué incluye Dónde se compra
Brugge City Card 48 h / 72 h 46 € / 49 € Entrada a 27 museos y monumentos, paseo en barco, descuentos en transporte, tiendas y alquiler de bici Oficinas de turismo (Markt, estación, Concertgebouw)
museumPASSmusées 1 año 59 € Entrada gratuita a más de 220 museos en Bélgica, incluidos varios en Brujas Online o en museos participantes
OKV-kaart 1 año 40 € Entrada gratuita o reducida a museos flamencos, revistas culturales incluidas Online en okv.be o en museos afiliados


Musea Brugge Card

Vive lo mejor de Brujas con el programa de 72 horas Musea Brugge Card

¡Descubre Brujas con esta tarjeta de 72 horas! Accede a los 11 museos y monumentos más importantes de la ciudad, como el Belfort, el Stadhuis, el Museo O.L.V.-kerk, el Groeningemuseum, el Brugse Vrije y el Sint-Janshuis Molen.

Explora la historia de O.L.V. ter Potterie y el Volkskundemuseum. Visita diversas colecciones por toda la ciudad, desde primitivos flamencos a arte contemporáneo, desde bellas artes clásicas a hallazgos arqueológicos, y desde mobiliario tradicional a folclore.


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