Logroño: donde el Ebro se toma un respiro
Logroño no se entiende solo por su mapa. Se siente. Se camina. Se saborea. Está en el norte de España, sí, en pleno valle del Ebro, rodeada de viñedos que tiñen el paisaje de verde en primavera y de oro en otoño. Pero más allá de coordenadas, Logroño es punto de encuentro: entre culturas, entre caminos, entre historias.
A medio camino entre Zaragoza, Bilbao y Pamplona, la ciudad se asienta en una posición privilegiada. Está lo bastante cerca de todo como para ser accesible, pero lo bastante lejos como para conservar su ritmo pausado, su escala humana, su carácter acogedor. Aquí no hay prisas: hay paseos junto al río, conversaciones largas en terrazas, y calles que invitan a perderse sin mirar el reloj.
El Ebro atraviesa Logroño como un hilo conductor. A su lado, parques, puentes y senderos que conectan barrios, memorias y miradas. Es fácil dejarse llevar por su curso, descubrir rincones inesperados, y entender por qué tantos viajeros se quedan más tiempo del previsto.
Además, Logroño es ciudad de paso en el Camino de Santiago. Cada día llegan peregrinos con mochilas, bastones y ganas de compartir. Y eso se nota: en la hospitalidad, en los albergues, en las flechas amarillas que aparecen en esquinas y farolas. Hay algo de espiritual en el ambiente, aunque no se venga buscando fe.
El clima acompaña. Los veranos son cálidos pero llevaderos, los otoños invitan a caminar entre hojas secas, y los inviernos son suaves, con esa luz clara que realza las piedras doradas del casco antiguo. Todo parece pensado para que el viajero se sienta bienvenido.
Logroño: historia de una ciudad que se reinventa
Logroño no nació de golpe. Se fue formando como el vino que la rodea: con tiempo, con mezcla, con carácter. Su historia es la de un cruce de caminos, un lugar donde se han encontrado comerciantes, peregrinos, soldados y soñadores.
Ya en época romana, el río Ebro marcaba rutas de paso y asentamientos. Pero fue en la Edad Media cuando Logroño empezó a tomar forma como ciudad. En el siglo XI, recibió el fuero de Sancho III el Mayor, y con él, derechos, autonomía y una identidad propia. Desde entonces, su papel como enclave estratégico creció: defensiva, comercial, espiritual.
Durante siglos, fue frontera viva entre reinos, y eso dejó huella. Murallas, puentes, iglesias y plazas hablan de una ciudad que supo resistir y adaptarse. El Puente de Piedra, por ejemplo, no es solo una vía: es símbolo de conexión, de entrada, de bienvenida.
El Camino de Santiago le dio impulso y alma. A lo largo de los siglos, miles de peregrinos han pasado por sus calles, dejando historias, acentos y costumbres. Logroño aprendió a acoger, a escuchar, a celebrar lo diverso.
En el siglo XIX, con la llegada del ferrocarril y el auge del vino, la ciudad se modernizó sin perder sus raíces. Y en el XX, creció, se expandió, se transformó. Pero siempre mantuvo ese equilibrio entre tradición y vida cotidiana, entre piedra antigua y conversación de bar.
Hoy, Logroño es una ciudad que mira al futuro sin olvidar lo que la hizo única. Su historia no está encerrada en museos: se vive en sus calles, se saborea en sus vinos, se escucha en sus fiestas. Es una historia que sigue escribiéndose, cada día, con quienes la visitan y la habitan.
Patrimonio de Logroño: piedra, vino y memoria
Concatedral de Santa María de la Redonda: el alma barroca de Logroño
En pleno corazón del casco antiguo, entre la Calle Portales y la Plaza del Mercado, se alza la Concatedral de Santa María de la Redonda. No es solo un templo: es el latido espiritual de Logroño, el punto de encuentro entre fe, arte y memoria.
Un poco de historia
Su origen se remonta a una iglesia románica de planta circular —de ahí su nombre, “La Redonda”— que ya existía en el siglo XI, cuando el Camino de Santiago comenzaba a dar forma a la ciudad. En 1435, el templo adquirió rango de colegiata al fusionarse con la iglesia de San Martín de Albelda, y en 1959 fue elevada a concatedral por el Papa Juan XXIII.
La estructura actual comenzó a construirse en el siglo XVI, con ampliaciones barrocas en los siglos XVII y XVIII. Sus dos torres gemelas, su portada monumental y su interior de tres naves con bóvedas estrelladas la convierten en una joya arquitectónica que mezcla gótico, barroco y espiritualidad jacobea
Curiosidades y tesoros ocultos
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En su retablo mayor, realizado entre 1684 y 1688, destaca una imagen hispano-flamenca de la Virgen, de finales del siglo XV.
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Se conserva una pintura atribuida a Miguel Ángel, ubicada en una de las capillas laterales.
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La Capilla de Nuestra Señora de la Paz alberga el sepulcro de Diego Ponce de León, decorado con un relieve de la Resurrección del siglo XVI.
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En la Capilla de San Pedro se exponen relicarios únicos, como el busto gótico de San Prudencio en cobre dorado y plata.
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Desde agosto de 2025, se pueden realizar visitas nocturnas a la Torre Norte, una experiencia que combina patrimonio y vistas panorámicas.
Horarios de visita
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Diario: de 8:30 a 13:00 h y de 17:00 a 21:00 h
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Domingos: de 8:30 a 14:00 h y de 17:00 a 21:00 h
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Visitas a la Torre Norte: consultar disponibilidad en verano y eventos especiales
Precios
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Entrada general: gratuita para el templo
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Visitas guiadas o acceso a la torre: consultar en su web oficial
Iglesia de San Bartolomé: el susurro románico de Logroño
En una esquina tranquila de la Rúa Vieja, donde el Camino de Santiago se vuelve íntimo y silencioso, se alza la Iglesia de San Bartolomé. Es la más antigua de Logroño, y también una de las más discretas. No llama la atención con grandes torres ni retablos dorados, pero guarda en sus piedras siglos de historia, fe y resistencia.
Un poco de historia
Construida entre los siglos XII y XIII, San Bartolomé es el único templo románico que se conserva en la ciudad. Su origen está ligado al crecimiento de Logroño como enclave jacobeo, y su ubicación en la Rúa Vieja no es casual: era paso obligado para los peregrinos que llegaban desde Navarra.
Durante siglos, fue parroquia de barrio, refugio espiritual y testigo de transformaciones urbanas. Su torre mudéjar, añadida en el siglo XIV, es una rareza arquitectónica que mezcla ladrillo, geometría islámica y verticalidad cristiana. En 1866, la iglesia fue cerrada al culto y utilizada como almacén, pero en 1980 se inició su restauración, devolviéndole su dignidad patrimonial.
Curiosidades y detalles que enamoran
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Su portada románica es una joya: arquivoltas decoradas con motivos vegetales, escenas bíblicas y figuras humanas que parecen observar al visitante.
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La torre mudéjar, de planta cuadrada, es única en Logroño. Su estilo recuerda a las torres aragonesas y ofrece una lectura visual fascinante.
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En el interior, se conserva una imagen gótica de San Bartolomé y varios elementos litúrgicos de gran valor histórico.
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La iglesia está rodeada de leyendas locales, como la del peregrino que encontró refugio bajo su pórtico en plena tormenta.
Horarios de visita
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Martes a sábado: de 11:00 a 13:00 h y de 17:00 a 19:00 h
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Domingos y festivos: de 11:00 a 13:00 h
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Lunes: cerrado
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Visitas guiadas disponibles con reserva previa en la Oficina de Turismo
Precios
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Entrada general: gratuita
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Visita guiada: incluida en rutas patrimoniales organizadas por el Ayuntamiento o empresas locales
Iglesia de Santiago el Real: el templo del peregrino
En pleno casco antiguo, en la calle Barriocepo, se alza la Iglesia de Santiago el Real, uno de los templos más simbólicos de Logroño. No solo por su arquitectura, sino por lo que representa: es la iglesia del peregrino, el refugio espiritual de quienes recorren el Camino de Santiago.
Un poco de historia
La iglesia fue construida en el siglo XVI sobre una anterior románica, y desde entonces ha estado íntimamente ligada al tránsito jacobeo. Su nombre no es casual: está dedicada a Santiago el Mayor, patrón de España y figura clave en la ruta de peregrinación.
Durante siglos, fue punto de acogida para caminantes, lugar de descanso y oración. En su fachada barroca, destaca la imagen ecuestre de Santiago Matamoros, símbolo de protección y guía para los peregrinos. El templo ha sido restaurado en varias ocasiones, pero conserva su esencia: sobria, sólida, hospitalaria.
Curiosidades y detalles que emocionan
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La imagen de Santiago Matamoros en la portada es una de las más reconocibles de Logroño. Representa al apóstol como guerrero, montado a caballo, con espada en alto.
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En el interior, se conserva una talla gótica de Santiago peregrino, con bordón, esclavina y concha, que muchos visitantes tocan antes de seguir su camino.
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La iglesia alberga una capilla dedicada a la Virgen del Camino, muy venerada por los logroñeses.
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En su cripta se han encontrado restos arqueológicos que confirman la existencia de templos anteriores en el mismo lugar.
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Cada año, durante la festividad de Santiago (25 de julio), se celebran actos litúrgicos y culturales que conectan la ciudad con su tradición jacobea.
Horarios de visita
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Lunes a sábado: de 10:00 a 13:00 h y de 17:00 a 19:00 h
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Domingos y festivos: de 11:00 a 13:00 h
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Misas: consultar horarios actualizados en la parroquia o en la web diocesana
Precios
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Entrada general: gratuita
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Visitas guiadas: incluidas en rutas patrimoniales o jacobeas organizadas por el Ayuntamiento o empresas locales
Parlamento de La Rioja: política entre piedras centenarias
En Logroño, el poder legislativo no se esconde tras cristales modernos ni despachos impersonales. El Parlamento de La Rioja se ubica en el antiguo Convento de la Merced, un edificio del siglo XVI que ha sabido reinventarse sin perder su alma. Aquí, entre muros de piedra y claustros silenciosos, se decide el rumbo de la comunidad autónoma.
Un poco de historia
El convento fue fundado en 1590 por la Orden de la Merced, y durante siglos funcionó como espacio religioso, educativo y asistencial. Tras la desamortización de Mendizábal, el edificio pasó por varios usos —desde cárcel hasta almacén— hasta que en 1982 fue elegido como sede del Parlamento autonómico, coincidiendo con la creación de La Rioja como comunidad.
La rehabilitación respetó la estructura original: el claustro, la iglesia, las bóvedas y los muros de sillería. Hoy, el contraste entre lo antiguo y lo institucional genera una atmósfera única: sobria, serena, cargada de simbolismo.
Curiosidades y detalles que sorprenden
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El claustro renacentista es uno de los espacios más bellos del edificio. Se puede visitar y acoge exposiciones temporales.
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La antigua iglesia del convento se ha convertido en salón de plenos. Aquí, bajo bóvedas barrocas, se debaten leyes y se toman decisiones clave.
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En el interior hay una escultura de San Pedro Nolasco, fundador de la orden mercedaria, que recuerda el origen espiritual del lugar.
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El Parlamento organiza visitas guiadas gratuitas, especialmente durante la Semana de La Rioja y el Día de las Instituciones.
Horarios de visita
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Lunes a viernes: de 9:00 a 14:00 h (visitas guiadas con reserva previa)
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Días especiales: jornadas de puertas abiertas en mayo y septiembre
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Exposiciones temporales: consultar programación en la web oficial
Precios
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Entrada general: gratuita
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Visitas guiadas: gratuitas, previa inscripción en la web del Parlamento o en la Oficina de Turismo
Cubo del Revellín: la muralla que aún resiste
En una esquina del casco antiguo, entre la modernidad de la calle Once de Junio y la memoria de la calle Barriocepo, se alza el Cubo del Revellín. Es el último vestigio visible de la muralla medieval que protegía Logroño en tiempos convulsos. Una piedra que no solo resiste, sino que recuerda.
Un poco de historia
Durante el siglo XVI, Logroño reforzó sus defensas ante las amenazas de la guerra con Francia y las tensiones internas. Se construyó una muralla con bastiones, fosos y cubos defensivos. El Cubo del Revellín era uno de ellos: una estructura semicircular pensada para vigilar y repeler ataques desde el oeste.
En 1521, durante el famoso asedio francés, Logroño resistió con firmeza. El Cubo fue testigo directo de aquel episodio, que marcó la identidad colectiva de la ciudad. Tras siglos de abandono y transformaciones urbanas, fue restaurado y convertido en espacio expositivo, integrando historia y divulgación.
Curiosidades y detalles que sorprenden
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En su interior se puede ver un tramo original de la muralla, con explicaciones sobre su construcción y función defensiva.
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El espacio acoge una exposición permanente sobre el asedio de 1521, con maquetas, documentos y audiovisuales que recrean el contexto histórico.
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Desde su terraza se obtiene una vista privilegiada del casco antiguo y del trazado urbano medieval.
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El Cubo forma parte de la Ruta del Asedio, una propuesta patrimonial que recorre los puntos clave de la resistencia logroñesa.
Horarios de visita
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Martes a sábado: de 10:00 a 14:00 h y de 17:00 a 20:00 h
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Domingos y festivos: de 10:00 a 14:00 h
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Lunes: cerrado
Precios
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Entrada general: gratuita
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Visitas guiadas: incluidas en rutas patrimoniales organizadas por el Ayuntamiento o empresas locales
Rúa Vieja: el alma jacobea de Logroño
La Rúa Vieja no es solo una calle: es una línea de tiempo. Aquí, entre piedras gastadas y fachadas que han visto pasar siglos, Logroño se muestra tal como es: ciudad de paso, de acogida, de memoria viva.
Un poco de historia
Esta calle es una de las más antiguas de la ciudad. Su trazado coincide con el Camino de Santiago francés, y durante siglos fue el eje principal por el que los peregrinos cruzaban Logroño. A lo largo de la Rúa Vieja se levantaron albergues, hospitales, iglesias y casas gremiales. Era el corazón del tránsito espiritual y comercial.
En ella se concentraban artesanos, comerciantes y vecinos que ofrecían cobijo, comida y compañía a los caminantes. Su nombre —“Rúa”, del latín ruga, calle— ya indica su antigüedad y su carácter urbano. Hoy, sigue conservando ese aire de tránsito lento, de conversación entre desconocidos, de bienvenida sin condiciones.
Qué ver y sentir en la Rúa Vieja
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Iglesia de San Bartolomé: joya románica con torre mudéjar, testigo silencioso del paso de los siglos.
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Albergue de peregrinos municipal: moderno pero integrado en el entorno, sigue la tradición de hospitalidad jacobea.
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Placas con conchas y flechas amarillas: pequeñas señales que recuerdan que aquí se camina con propósito.
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Casas de piedra y balcones de forja: arquitectura popular que conserva el alma del barrio.
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Murales y detalles urbanos: arte callejero discreto que mezcla tradición y contemporaneidad.
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Espacios culturales como el Espacio Lagares: antigua bodega reconvertida en centro de interpretación del vino y la ciudad.
Ambiente y ritmo
La Rúa Vieja tiene un tempo propio. No es una calle para correr, sino para mirar. Por las mañanas, el sol tiñe las fachadas de tonos cálidos. Por las tardes, los pasos resuenan entre las piedras. Y por las noches, el silencio se mezcla con el murmullo de quienes siguen caminando.
Es ideal para perderse sin mapa, para dejarse llevar por la intuición, para imaginar cómo era Logroño hace cinco siglos. Aquí, cada rincón tiene algo que contar, y cada paso es parte de una historia mayor.
El Paseo del Espolón: el corazón de Logroño
El Paseo del Espolón, oficialmente llamado Paseo del Príncipe de Vergara, es la plaza más emblemática de Logroño. Se encuentra en el centro de la ciudad y es un lugar de encuentro, paseo y celebración.
Historia
Su origen se remonta a 1757, cuando comenzó a configurarse como un paseo público fuera de las murallas de la ciudad. En 1809, se amplió con terrenos pertenecientes al Seminario, y en 1856, se remodeló con la incorporación de seis estatuas de monarcas, donadas por el General Espartero.
En el siglo XX, el Espolón sufrió varias transformaciones, incluyendo la creación de La Rosaleda, la fuente central y el auditorio conocido como La Concha, inspirado en un diseño de San Francisco.
Curiosidades
- Su elemento más representativo es la estatua ecuestre del General Espartero, inaugurada en 1895 y fundida con bronce de cañones.
- La fuente que rodea la estatua fue construida en los años 60.
- La Concha, el auditorio del paseo, sustituyó al antiguo kiosco de música en 1954.
Qué hacer en el Paseo del Espolón
- Disfrutar de un paseo entre sus jardines y esculturas.
- Relajarse en La Rosaleda, un espacio con estanques y fuentes.
- Asistir a eventos culturales y conciertos en La Concha.
El Paseo del Espolón es un lugar lleno de historia y vida, perfecto para conocer el alma de Logroño
Calle Laurel, el ritual del pincho
La Calle Laurel es el epicentro del tapeo en Logroño y uno de los lugares más emblemáticos de La Rioja. Conocida como la "Senda de los Elefantes", por la cantidad de vinos que se pueden degustar, esta calle está repleta de bares y restaurantes donde disfrutar de la mejor gastronomía riojana.
Qué hacer en la Calle Laurel
- Ruta de pinchos: La especialidad de la zona es el tapeo, con bares que ofrecen un pincho único y característico.
- Degustación de vinos: La Rioja es famosa por sus vinos, y en la Calle Laurel puedes probar algunos de los mejores.
- Ambiente animado: Es el lugar ideal para disfrutar de la vida nocturna y la cultura gastronómica de Logroño.
Bares y restaurantes recomendados
- Bar Soriano: Famoso por sus champiñones a la plancha.
- La Tavina: Un lugar ideal para disfrutar de vinos y tapas.
- Blanco y Negro: Un bar con más de 100 años de historia.
Si buscas una experiencia gastronómica auténtica, la Calle Laurel es el lugar perfecto para disfrutar de la esencia de Logroño
Denominación de Origen Rioja: tradición líquida que cruza siglos
La Denominación de Origen Calificada Rioja no es solo una etiqueta: es una promesa. De calidad, de historia, de paisaje. Fundada en 1925 y reconocida como la primera D.O. Calificada de España en 1991, abarca tres subzonas —Rioja Alta, Rioja Alavesa y Rioja Oriental— y se extiende por más de 65.000 hectáreas de viñedo.
Logroño, como capital de La Rioja, es puerta de entrada a este universo vinícola. Aquí, el vino no se sirve: se cuenta. Las bodegas urbanas y cercanas ofrecen experiencias que van más allá de la cata: visitas guiadas, recorridos subterráneos, maridajes, exposiciones y paseos entre barricas.
Bodegas en Logroño: horarios, precios y dirección
| Bodega | Horarios de visita | Precio | Dirección |
|---|---|---|---|
| Bodegas Franco-Españolas | Lunes a sábado: 11:00, 13:00, 17:00 Domingos: 11:00 y 13:00 |
Desde 15 € (visita + cata) | Calle Cabo Noval, 2 |
| Bodegas Ontañón | Lunes a sábado: 10:30, 12:30, 17:00 Domingos: bajo reserva |
Desde 18 € (visita + degustación) | Avenida de Aragón, 3 |
| Bodegas Campo Viejo | Martes a sábado: 10:00 a 18:00 Domingos: 10:00 a 14:00 |
Desde 20 € (experiencia completa) | Camino de la Puebla, s/n |
| Bodegas Marqués de Vargas | Lunes a viernes: 10:00 y 12:00 Sábados: bajo reserva |
Desde 25 € (visita premium) | Carretera Logroño–El Cortijo, km 4 |
Gastronomía en Logroño: sabor que se comparte
En Logroño, la comida no se sirve: se celebra. La gastronomía es parte del paisaje emocional de la ciudad, tan importante como el vino o el patrimonio. Aquí se come en barra, en cuadrilla, en conversación. Se tapea sin prisa, se prueba sin miedo, se repite sin culpa.
Las calles como Laurel, San Juan o Albornoz son auténticos templos del pincho. Cada bar tiene su especialidad, su ritual, su clientela fiel. Y más allá del tapeo, Logroño ofrece una cocina riojana rica en producto: verduras de la huerta, carnes de sierra, embutidos artesanos y dulces con historia.
La gastronomía local combina tradición y creatividad, con chefs que reinterpretan recetas de siempre y bares que mantienen viva la esencia popular. Comer en Logroño es recorrer la ciudad con el paladar, y cada bocado cuenta una historia.
| Nombre | Especialidad | Horario | Precio medio | Dirección |
|---|---|---|---|---|
| Bar Soriano | Champiñones a la plancha con gamba | 12:00–16:00 / 19:00–23:00 | 2–4 € por pincho | Calle Laurel, 2 |
| Tastavin | Pincho de foie con manzana caramelizada | 13:00–15:30 / 20:00–23:30 | 3–5 € por pincho | Calle San Juan, 25 |
| La Cocina de Ramón | Cocina riojana contemporánea | 13:30–15:30 / 20:30–22:30 | 35–45 € menú degustación | Calle Portales, 30 |
| Bar Ángel | Pincho de setas con gambas | 12:30–15:30 / 19:30–23:00 | 2–4 € por pincho | Calle Laurel, 12 |
| Cachetero | Recetas riojanas tradicionales | 13:00–15:30 / 20:30–23:00 | 30–40 € carta | Calle Laurel, 3 |
Descubre Logroño con alma: vino, historia y callejuelas con sabor
¿Sabías que Logroño es mucho más que vino y tapas? En esta visita guiada recorreremos su casco antiguo, cruzaremos el Puente de Piedra como los peregrinos, exploraremos iglesias centenarias y murallas que aún resisten. Te contaré leyendas locales, curiosidades del Camino de Santiago y secretos que no salen en las guías.
Pasearemos por la Rúa Vieja, entraremos en la Concatedral de La Redonda, y si el grupo lo permite, acabaremos tapeando en la Calle Laurel como auténticos logroñeses. Todo con un ritmo ameno, historias que emocionan y un enfoque cercano, para que te lleves no solo fotos, sino recuerdos.
Ideal para viajeros que buscan algo más que monumentos: una experiencia viva, sabrosa y compartida.
Alojamientos recomendados en Logroño y alrededores
Logroño no se despide. Se queda. En el paladar, en la memoria, en las ganas de volver. Es una ciudad que no necesita alardes: basta con caminarla, saborearla, escucharla. Entre pinchos y paseos, entre iglesias y parques, entre vino y conversación, Logroño se revela como lo que es: un lugar que acoge, que sorprende, que emociona.
Aquí, cada piedra tiene historia, cada calle tiene ritmo, cada copa tiene alma. Y cuando el viajero se va, se lleva algo más que fotos: se lleva una forma de estar, de mirar, de sentir.
Porque Logroño no es solo destino. Es pausa, es encuentro, es principio de algo que sigue.
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